(por
razones que no vienen al caso, sigo sin ver ¡Ave, César!)
Así
que esta semana voy a hablar de Oscars. No soy muy partidaria de las quinielas,
ni me gustan especialmente los premios (ninguno). Pero dado que prácticamente
todas las películas que entran en liza este año se han estrenado ya, voy a
arriesgarme a decir lo mejor y lo peor
de cada una de ellas. Si puedo en versión twit.
BROOKLYN
Lo
mejor: recuperar a Saoirse Ronan en un
personaje que podría haber hecho Kate Winslet.
Lo
peor: le falta un poco de ambición en la puesta en escena.
LA
GRAN APUESTA
Lo
mejor: mostrar que en realidad la crisis se habría podido evitar si no hubiera
habido tanto interesado en que no se solucionara.
Lo
peor: el lenguaje especializado del mundo del dinero que a veces cuesta seguir.
LA
HABITACIÓN
Lo
mejor: la idea, el guión. Encerrar a una madre y su hijo/a en una habitación y
que no se haga pesado ni aburrido, al contrario.
Lo
peor: que el tono de la película baje cuando salen de la habitación.
MAD
MAX. FURIA EN LA CARRETERA
Lo
mejor: La puesta en escena, los escenarios (reales y falsos), Charlize Theron.
Lo
peor: que no haya mucho más que eso.
MARTE
Lo
mejor: el sentido del humor que sabe introducir notas irónicas en una situación
crítica.
Lo
peor: le falta épica en una historia que está pidiendo un poco más de heroísmo.
EL
PUENTE DE LOS ESPÍAS
Lo
mejor: La primera hora con el duelo interpretativo de Tom Hanks y Mark Rylance.
Lo
peor: se alarga un poco en la segunda parte.
SPOTLIGHT
Lo
mejor: es la mejor película sobre periodistas que se ha hecho en mucho tiempo.
Lo
peor: que se la recuerde mas por el tema religioso (pederastas en Boston) que
por el periodístico.
EL
RENACIDO
Lo
mejor: devolver al cine el aliento de la aventura y la idea de la supervivencia
y el equilibrio.
Lo
peor: que haya despertado tantas suspicacias entre una determinada crítica.
No
voy a caer en la absurda polémica de si hay o no hay actores negros entre los
nominados. Hace mucho tiempo que pienso que lo que cuenta, sobre todo en
nuestra sociedad donde las oportunidades son más o menos igual de buenas o de
malas para todos, no hay porque seguir reivindicando a unos u a otros solo por
su color o su sexo o lo que sea. Lo que hay que pedir es que se premie a los
mejores. Y ahí, a veces, el Oscar y el Goya y el Gaudí y cualquier otro premio
gremial, no siempre acierta.
Pero
tampoco quiero caer en ese lugar común que dice que los premios solo reconocen
el cine más comercial. Primero porque no es verdad; segundo porque no tengo
nada en contra del cine comercial. Si lo tengo en contra del cine que se hace
con fórmulas, sean para ganar dinero, sean para consolidar una cierta autoría
que solo interesa al autor y sus acólitos. Creo en la obra bien hecha, en el
trabajo de aprendizaje, en la variedad de opciones. Tanto en el cine como en la
vida “Deberíamos estar preparados para cambiar nuestros puntos de vista en
cualquier momento, desprendernos de prejuicios y vivir con una mente abierta y
receptiva. Un marinero que siempre larga las mismas velas, sin cambiarlas
cuando el viento cambia, jamás llegará a
puerto.” Son palabras de Tolstoi al que últimamente recurro mucho.
¿Cómo
he acabado en Tolstoi cuando hablaba de los premios Oscar? Pues no lo sé. Pero
eso es también lo interesante de escribir: dejarse llevar por el relato.
Continuo pensant que és imperdonable que no nominessin "Carol" a la millor pel·lícula. I com va ser finalment bescantada per tots els premis. La subtilitat, la poètica i la manca de pretensions no són reconegudes en certs àmbits. Però tampoc importa: la pel·lícula existeix, forever.
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