El sábado 20 de febrero escribí este texto en el blog. Quizás
algunos lo recuerden, pero por si acaso, lo vuelvo a reproducir. Hablaba de un
gol magnífico marcado por Messi, Neymar y Suárez que puso de los nervios a
muchos comentaristas deportivos por su originalidad y por su riesgo:
Por ejemplo, un gol
El que compusieron como una gran pieza de arte mayor, Messi,
Suárez y Neymar el domingo 14 de febrero. Si hablo de este gol, este penalti
inesperado y magnífico es porque quiero reivindicar, y no solo en el fútbol, la
capacidad de sorprender, de salirse del guión, de romper rutinas establecidas,
normas que se siguen porque siempre se ha hecho así. Lo que me gusta de esta
jugada es lo que tiene de innovar, de crear algo nuevo a partir de lo ya conocido.
Me parece fundamental esa capacidad. Y me gustaría verla, descubrirla y
disfrutarla en otros campos de la vida. Por ejemplo en la política donde lo más
fácil es seguir el guión ya escrito: las izquierdas haciendo de izquierdas, las
derechas de derechas, los nacionalistas de nacionalistas. Me encantaría que
alguien hiciera de Messi, Suárez y Neymar y pudiéramos ver un gol marcado
a la vieja y acartonada política. Me encantaría que de repente, los políticos
nos dieran una sorpresa y pusieran en marcha un tridente que no se mirará en el
pasado, sino en ese futuro que tenemos la obligación de construir. Y disfrutar.
Como este gol extraordinario.
Me acordé de este texto el lunes por la noche viendo el
debate de los cuatro candidatos a
presidente en las próximas elecciones. Y pensé como me gustaría que se pudiera
hacer una gran coalición arriesgada, valiente, distinta: una coalición entre
PSOE, Ciudadanos y Podemos, donde PSOE y Ciudadanos sirvieran de contrapeso al populismo
de Podemos bajándolo a la realidad, pero manteniendo su esencia de cambio
social; donde PSOE y Podemos sirvieran de contrapeso al liberalismo a veces
difícil de entender y de aplicar de Ciudadanos, pero manteniendo su sensatez y
su conexión con la sociedad; donde Ciudadanos y Podemos sirvieran con su
energía, ímpetu, fuerza y modernidad de contrapeso al polvo de los siglos de un
partido acartonado pero con grandes valores en su historia. ¿Se lo imaginan?
Cuesta un poco viendo como se detestan unos a otros a niveles personales. Por
eso habría que buscar un presidente de gobierno independiente, que fuera
respetado por todos y que tuviera la capacidad de formar un gobierno con los
tres en paridad.
Ya sé que esto es política ficción, ya sé que no pasará. Pero
tampoco parecía posible el gol de Messi, Neymar y Suárez. Y si se consiguiera,
este sí que sería un buen gol al inmovilismo y el conservadurismo de la vieja política.
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