Una jornada apretada. Películas y personas, discusiones y entusiasmos
Este tercer dia ha dado mucho de sí.
Primera controversia: Nocturama, de Bertrand Bonello. Es difícil posicionarse ante este film. Yo he tardado en decidir si me gustaba o no. No es normal que me pase esto, casi siempre lo tengo claro. Pero aquí no. ¿Qué quiere contar Bonello con esta historia de indignados de salón? ¿Qué busca en realidad? La provocación seguro. Mostrar como un grupo de jóvenes ejecutan con precisión de reloj suizo una cadena de atentados de consecuencias imprevisibles, es la parte mas interesante de la historia. Verlos después encerrados en unos grandes almacenes donde se refugian tras los atentados, es la parte mas desasosegante de la historia. Bonello no juzga ni opina. Deja las preguntas abiertas sin darles respuestas. ¿Quién los financia? ¿Cómo los descubre la policía? ¿Por qué los eliminan tan fríamente? Y sobre todo ¿Qué quieren? Escrita mucho antes de la reciente ola de atentados en Francia, Bonello reparte la responsabilidad de estos ataques entre musulmanes y pijos de París. Dará que hablar.
Segunda controversia: Qué Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen, la propuesta española de la jornada. Aquí la división ha sido generacional. Los más jóvenes entienden y aceptan la violencia de este thriller urbano y sudoroso. Los mas mayores, se distancian acusándola de machista y de sensacionalista. La verdad es que este nuevo trabajo del director de Stockholm es probablemente el mejor ejemplo de traducción en el cine del lenguaje de las series americanas de asesinos y policías Que Dios nos perdone se puede leer como tres capítulos de serie unidos en un solo formato. Tres asesinatos de ancianas (un tema que la relaciona con Nit i Dia de Manuel Huerga) inspirados en el caso real del “mataviejas” que hace unos años fue notorio en Madrid, son investigados por una pareja de policías disfuncionales y asociales. Todo ello en el contexto del Madrid veraniego del año 2011, con la figura de la visita del papa flotando en el cielo y la sombra alargada del 15 M que acababa de levantar sus campamentos. Cine sórdido, que hay que mirar con ojos no condicionados por los tópicos que determinan nuestra sociedad. También dará que hablar.
Tercera controversia: Lady Macbeth, de William Oldroyd. Aquí la discusión se produce entorno a las razones que puede tener el personaje de Caterina, una joven recién casada, humillada por su marido y su suegro, para poco a poco convertirse en uno de los seres mas malvados del cine. ¿Las tiene? Seguramente si. Pero no se si eso la justifica en su actos. La película se concentra por completo en esta mujer y la casa donde vive encerrada, filmandola casi siempre en el centro de unos planos frontales y pictóricos. Una de las mejores películas que he visto aquí.
Por lo que cuentas, ni la de Bonello ni la de Sorogoyen invitan al optimismo. Si por un lado hay equidistancia terrorista y por otro sordidez... ¿Y el progreso?
ResponderEliminar