(los
Picos de Europa fotografiados por Ramon)
La
montaña
Me
gusta mucho la montaña. Todas. Me siento bien en las alturas. A lo mejor porque
nací a 2000 metros de altitud, aunque no precisamente en una montaña. México DF
esta en un altiplano que, como su nombre indica, es alto y plano. Pero siempre
me gustó ir a las montañas. Y en España las hay extraordinarias. Los Pirineos,
cercanos y accesibles (aunque aveces difíciles de subir); la Sierra Nevada
granadina, legendaria y moruna; El Guadarrama de Navacerrada, veraniego y
amable. Pero sobre todo, los Picos de Europa, la cordillera Cantábrica, la más
salvaje y abrupta de la península, la que invita más a la aventura. Son estas
montañas las que retrata Cantábrico.
Subyugado por sus picos y sus rocas, sus bosques y sus ríos, el director Gutiérrez
Acha, que ya había explorado el rio Guadalquivir, se adentra en la vida de
estos parajes en busca de osos, lobos, pájaros e incluso hormigas. Sin un guía
que lo conduzca como hacía en Guadalquivir
siguiendo a un pequeño zorro, Cantábrico
se abre en diversas direcciones como un abanico de posibilidades a lo largo de
un año que va de invierno a otoño. Lo mejor de esta película es las ganas que te
entran de conocer los Picos si no has estado nunca o de volver ya mismo para
disfrutar de uno de los espacios naturales más vírgenes que quedan en nuestro
país.
(el
Torcal de Antequera podría ser el desierto de este film)
Desierto
Solo
unas líneas para hablar de Últimos días
del desierto, de Rodrigo García, una película no apta para cualquier
espectador, que recrea un episodio de la vida de Jesús ahora que se acerca la
Semana Santa. Lo mas potente de la propuesta es la fotografía de Emmanuel Lubezki,, capaz de hacer del desierto una sinfonía de colores, de formas y aristas que se
reflejan en el rostro de Ewan McGregor desdoblado en Jesús y su propio demonio.
Pero lo que más me ha interesado es algo que subyace en esta terrenal mirada
del hombre santo: la difícil, por no decir imposible, relación de los hijos con
los padres. El hijo con el padre en la familia que acoge a Jesús antes de
entrar en Jerusalén; la del propio Jesús con su padre, un Dios lejano y
perturbador. Si Rodrigo no fuera hijo del escritor García Márquez quizás esta
relación no me habría llamado la atención. Es probable que ni siquiera escribiera
de esta película. Pero Rodrigo García ES hijo del nobel de literatura con el
que tuvo una conflictiva relación y eso le da al film una especial capa de
ironía.
(un
chateau francés parecido a los del reino de Kentz donde duerme la bella)
Bosque
Esta
si es una película que me gusta. Bella
durmiente de Ado Arrietta, antes Udolfo Arrieta y mucho antes, simplemente
Adolfo Arrieta. Su Bella durmiente es
excéntrica e inclasificable. Baste decir que se puede definir como una mezcla
de Brigadoon, de Vincente Minnelli (el uso del tiempo, los cien años
que en una pasan en una noche y en otra duran un siglo), con Piel de asno de Jacques Demy (los espacios
cuidadosamente buscados, el ambiente, la princesa); de El extraño caso de Angélica, de Manoel de Oliveria (dos bellas durmientes
esperando a ser despertadas) con La bella
y la bestia, de Jean Cocteau (el surrealismo de la narración, la belleza de las
imágenes).Un extraordinario cóctel que hace de Bella durmiente un cuento con música, filmado en castillos de ensueño,
con príncipes azules y princesas blancas. Sin olvidarnos de los ángeles,
obsesión de Arrieta desde sus primero trabajos, hasta las hadas, en este caso dos
hadas estupendas: el hada buena que interpreta Agathe Bonitzer y el hada mala
que se encarna en una Ingrid Caven arrolladora. Una última cosa: Bella durmiente no es un producto
Disney, lo digo como advertencia para que nadie se lleve a engaños.
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