1.Sobre
la jubilación
Esta
semana ha habido muchas manifestaciones en toda España de jubilados que
protestan por las pensiones. Todo lo que sea hacerse oír y poner en evidencia
un problema como éste, me parece bien. Lo que no estoy tan segura es que la
reivindicación sea la de que suban las pensiones según el aumento del IPC. Entre
un 1% y un 0.25% francamente no hay tanta diferencia y desde luego no sirve
para ayudar a los pensionistas a vivir mejor.
Sin
meterme en honduras, yo propongo cuatro puntos de sentido común para intentar
arreglar un poco las cosas.
Primero.
Calcular las jubilaciones teniendo en cuenta toda la vida laboral de una
persona, no solo los últimos quince años. Muchos trabajadores han tenido
cotizaciones altas al principio de su vida laboral, pero luego la crisis los ha
dejado en una situación muy precaria. No es justo calcular la pensión sobre los
quince años en los que a lo peor, ni siquiera se ha podido trabajar de forma
continuada.
Segundo.
Reducir el número de años cotizados para cobrar la pensión completa. Teniendo
en cuenta las precarias relaciones laborales de la mayoría de los españoles,
pedir una cotización de 37 años es algo que muy pocos pueden acreditar. Dejarlo
en 30 sería más justo.
Tercero.
Permitir a los pensionistas trabajar sin limitaciones de manera que no dependan
exclusivamente de la pensión para vivir. De esta manera no solo no se
desperdicia una enorme riqueza laboral e intelectual que ahora se queda
relegada a la indolencia sin remedio durante veinte o más años, sino que se
contribuye a la economía colectiva ya que son trabajos que pagan IRPF y que
tienen IVA. Y no hablo solo de personas del ámbito de la cultura (artistas,
escritores, periodistas, actores, músicos, profesores…) hay muchas otras
profesiones que se pueden seguir ejerciendo después de jubilados.
Cuarto.
Equiparar las pensiones más bajas al salario mínimo interprofesional si una vez
calculada la pensión no llega a ese mínimo.
Utopías
probablemente, pero no son medidas descabelladas. ¿O sí?
2. Huelga feminista
No
me gusta nada este nombre. Las huelgas me parecen un arma de lucha antigua, del
siglo XIX, que en este mundo globalizado y sobre todo tecnificado, tienen poco
sentido y menos eficacia. Feminista, tampoco me gusta. Soy mujer, pero no soy
feminista. No me gustan los ismos, no me gustan los guetos, no me gustan las
exclusiones. Tampoco soy muy partidaria de los Día de… lo que sea. Creo que hay
cosas que se han de reivindicar todos los días. Por eso no me gusta el nombre
que se ha dado a la huelga de este 8 de marzo del 2018. Pero si me gusta la
idea que hay detrás y que yo llamaría de otra manera (no sé cómo). Lo que me
gusta de lo que se ha planteado hoy es el hecho de la evidencia y la
transversalidad. Poner en evidencia no solo un problema (o muchos) sino la
evidencia de que las mujeres hacen/hacemos muchos trabajos. Me gusta la idea de
que esta “huelga” no sea “laboral” y que englobe en la evidencia la
transversalidad: de las amas de casa a las abuelas que se ocupan de los nietos,
de las mujeres que cuidan a otras personas sin cobrar a las que tienen cargos
de responsabilidad, de las de una edad a las de otra, de las de una ideología a
las de otra ideología. Que ponga sobre el tapete que las mujeres trabajan fuera
y dentro de casa. Que demuestre las desigualdades, no solo las de las mujeres
con los hombres, sino las de la toda una sociedad estructurada de forma que no
funciona. Si la huelga es del siglo XIX, muchas de las formas de comportamiento
que arrastramos lo son también. Por eso no me gusta el nombre, pero apoyo el
hecho. Yo no haré huelga (no sé muy bien cómo hacerla, ¿saco una silla a la
puerta de mi casa y me siento para que la gente vea que hago huelga?). Tampoco
iré a las manifestaciones, son otra forma de protestar que no me gusta. Pero
algo haré. Por ejemplo: no comprar nada hoy; por ejemplo: no hacer la cama; por
ejemplo: no cocinar. Claro que eso es algo que muchos días no hago porque tengo
la suerte de vivir con un señor que desde siempre ha entendido que si los dos
trabajamos para ganarnos la vida, los dos trabajamos para mantener la casa en
condiciones. A lo mejor estos señores, también deberían hacer huelga hoy, eso
que no me gusta como se llama y para lo que aun no he encontrado un nombre
mejor. (Escribir este blog no es trabajar: es una manera de comunicarme, de
relacionarme, de establecer puentes, por eso lo he escrito hoy 8 de marzo)
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