viernes, 9 de marzo de 2018

APUNTES DE LA SEMANA



1.Sobre la jubilación
Esta semana ha habido muchas manifestaciones en toda España de jubilados que protestan por las pensiones. Todo lo que sea hacerse oír y poner en evidencia un problema como éste, me parece bien. Lo que no estoy tan segura es que la reivindicación sea la de que suban las pensiones según el aumento del IPC. Entre un 1% y un 0.25% francamente no hay tanta diferencia y desde luego no sirve para ayudar a los pensionistas a vivir mejor.
Sin meterme en honduras, yo propongo cuatro puntos de sentido común para intentar arreglar un poco las cosas.
Primero. Calcular las jubilaciones teniendo en cuenta toda la vida laboral de una persona, no solo los últimos quince años. Muchos trabajadores han tenido cotizaciones altas al principio de su vida laboral, pero luego la crisis los ha dejado en una situación muy precaria. No es justo calcular la pensión sobre los quince años en los que a lo peor, ni siquiera se ha podido trabajar de forma continuada.
Segundo. Reducir el número de años cotizados para cobrar la pensión completa. Teniendo en cuenta las precarias relaciones laborales de la mayoría de los españoles, pedir una cotización de 37 años es algo que muy pocos pueden acreditar. Dejarlo en 30 sería más justo.
Tercero. Permitir a los pensionistas trabajar sin limitaciones de manera que no dependan exclusivamente de la pensión para vivir. De esta manera no solo no se desperdicia una enorme riqueza laboral e intelectual que ahora se queda relegada a la indolencia sin remedio durante veinte o más años, sino que se contribuye a la economía colectiva ya que son trabajos que pagan IRPF y que tienen IVA. Y no hablo solo de personas del ámbito de la cultura (artistas, escritores, periodistas, actores, músicos, profesores…) hay muchas otras profesiones que se pueden seguir ejerciendo después de jubilados.
Cuarto. Equiparar las pensiones más bajas al salario mínimo interprofesional si una vez calculada la pensión no llega a ese mínimo.
Utopías probablemente, pero no son medidas descabelladas. ¿O sí?

2.  Huelga feminista
No me gusta nada este nombre. Las huelgas me parecen un arma de lucha antigua, del siglo XIX, que en este mundo globalizado y sobre todo tecnificado, tienen poco sentido y menos eficacia. Feminista, tampoco me gusta. Soy mujer, pero no soy feminista. No me gustan los ismos, no me gustan los guetos, no me gustan las exclusiones. Tampoco soy muy partidaria de los Día de… lo que sea. Creo que hay cosas que se han de reivindicar todos los días. Por eso no me gusta el nombre que se ha dado a la huelga de este 8 de marzo del 2018. Pero si me gusta la idea que hay detrás y que yo llamaría de otra manera (no sé cómo). Lo que me gusta de lo que se ha planteado hoy es el hecho de la evidencia y la transversalidad. Poner en evidencia no solo un problema (o muchos) sino la evidencia de que las mujeres hacen/hacemos muchos trabajos. Me gusta la idea de que esta “huelga” no sea “laboral” y que englobe en la evidencia la transversalidad: de las amas de casa a las abuelas que se ocupan de los nietos, de las mujeres que cuidan a otras personas sin cobrar a las que tienen cargos de responsabilidad, de las de una edad a las de otra, de las de una ideología a las de otra ideología. Que ponga sobre el tapete que las mujeres trabajan fuera y dentro de casa. Que demuestre las desigualdades, no solo las de las mujeres con los hombres, sino las de la toda una sociedad estructurada de forma que no funciona. Si la huelga es del siglo XIX, muchas de las formas de comportamiento que arrastramos lo son también. Por eso no me gusta el nombre, pero apoyo el hecho. Yo no haré huelga (no sé muy bien cómo hacerla, ¿saco una silla a la puerta de mi casa y me siento para que la gente vea que hago huelga?). Tampoco iré a las manifestaciones, son otra forma de protestar que no me gusta. Pero algo haré. Por ejemplo: no comprar nada hoy; por ejemplo: no hacer la cama; por ejemplo: no cocinar. Claro que eso es algo que muchos días no hago porque tengo la suerte de vivir con un señor que desde siempre ha entendido que si los dos trabajamos para ganarnos la vida, los dos trabajamos para mantener la casa en condiciones. A lo mejor estos señores, también deberían hacer huelga hoy, eso que no me gusta como se llama y para lo que aun no he encontrado un nombre mejor. (Escribir este blog no es trabajar: es una manera de comunicarme, de relacionarme, de establecer puentes, por eso lo he escrito hoy 8 de marzo)

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