sábado, 26 de enero de 2019

INFIERNOS



La casa de Jack
No quiero que se tomen estas líneas como una recomendación para ver el nuevo artefacto de Lars Von Trier, La casa de Jack. En realidad son reflexiones en voz alta, casi privadas, que me hago sobre esta película que es un reto intelectual, un desafío moral y un delirio estético. El reto intelectual pasa por la enorme cantidad de referencias cultas que encierra el film, desde Glenn Gould que se erige en banda sonora desquiciante, hasta Dante, Goethe, pasando por Murnau, Delacroix, Albert Speer y muchos otros. Si no tienes todas las claves para entender los porqués de estas citas que ilustran y justifican el comportamiento de Jack, difícilmente saldrás del laberinto de su pensamiento y su intención de demostrar que el asesinato es un arte de la crueldad y la estupidez. El desafío moral viene dado por el comportamiento de este asesino en serie, que mata sin pensarlo, que elige sus víctimas al azar, de forma gratuita, menos en un caso, y que es capaz de construir una casa, la casa del título, con los materiales más inesperados y horripilantes. En ningún caso se puede ver desde un punto de vista naturalista y menos realista, pero eso no quita para que Jack sea un personaje absolutamente despreciable. El desafío estético lo encontramos en los últimos veinte minutos del film, tan inquietantes como solo lo puede ser el infierno visto por Lars Von Trier. Todo esto está ordenado en cinco capítulos, “incidentes” los llama Jack, que el killer le cuenta con voz pausada y neutra a un Virgilio escondido en la oscuridad de la que emerge para guiarlo por los círculos del infierno. La casa de Jack es un film violento, pero no tanto por los crueles e innecesarios crímenes que Matt Dillon ejecuta con toda tranquilidad y sin asomo de culpa. Lo es por una cámara pegada al rostro, agobiante, intrusiva y por un montaje desquiciante. Y al final, después del perturbador viaje por los humedales rojos del infierno, llega la canción: “Hit the Road Jack” “Lárgate a la carretera Jack y no vuelvas nunca más, nunca más, nunca más, nunca más. Lárgate a la carretera Jack y no vuelvas nunca más”. En todo caso, cuando salí del cine, fui incapaz de meterme en el metro o coger un autobús. Necesitaba caminar por la ciudad, mirar a la gente, reconciliarme con el mundo y, liberarme del desasosiego que me produjo esta historia, esta película. Si, Jack, por favor, lárgate y no vuelvas. Ustedes mismos.


Cuentos de la luna pálida
Para compensar este enorme malestar siempre pueden ir a ver un clásico indiscutibles que se estrena esta semana en algunas ciudades de España. Los cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi, la película que le hizo ganar el León de Plata en Venecia en el año 1953, es la primera de las ocho películas del director japonés que se irán estrenando en copias nuevas perfectamente restauradas. Una excelente ocasión para recuperar este film que se mueve entre el horror de la guerra , la ambición desmesurada y el amor fou, en una historia de fantasmas y violencia, pero no como la de Jack, una violencia en blanco y negro, hermosa, romántica, humana. Un film que vale la pena ver.

Un apunte internacional
Es muy interesante ver como se ha posicionado el mundo ante la crisis en Venezuela.
Apoyan a Maduro y el chavismo que ha llevado el país a la ruina y la desolación: China, Rusia, Turquía, Irán, Cuba, Nicaragua, Bolivia y México. Menos México, los demás no son precisamente modelos de democracia y libertad.
Apoyan a Guaidó y su autoproclamada presidencia: Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile, Colombia, Argentina, Ecuador, Perú. Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay. De los europeos, Gran Bretaña está a favor y Francia también, aunque con matizaciones dentro del marco de lo que acuerde la Unión Europea.
La Unión Europea reconoce la soberanía de la Asamblea Nacional, por tanto a Guaidó, pero pide unas elecciones libres que con Maduro en el poder son prácticamente imposibles. Si no se convocan en ocho días, se reconocerá a Guaidó como presidente encargado de convocar esas elecciones cuanto antes.
Japón no se compromete.
Curiosa división del mundo que muestra la aparición de dos bloques muy claros y antagónicos. Una división que anuncia lo que se puede llamar ya una nueva guerra congelada, más que fría, en la que nos vamos a ver envueltos todos queramos o no queramos y en la que habrá que tomar partido. No valdrán las posturas ambiguas y equidistantes. Nos jugamos mucho.


2 comentarios:

  1. En la revolución francesa el año 1789 la postura ganadora era «liberté, égalité, fraternité». Aunque estos objetivos no se conseguieron, me quedo con esta postura ante los conflictos actuales. Ver la «división del mundo» actualmente en términos nacionales, como la presentas, creo que no ayuda a entender nada. La división real del mundo no sigue las fronteras nacionales.

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  2. Estas películas de asesinos intelectuales me ponen de los nervios. No me extraña lo del paseo para despejar la cabeza.

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