A veces una película de
estreno se convierte en el cabo de un hilo del que tirar para descubrir un
mundo, o en este caso, un director, que por las razones que sean ¡hay tantas! se
me había escapado. El estreno es el de un film italiano que se titula Para Chiara y el director es Jonas Carpignano, un italiano nacido
en Nueva York que vive en la pequeña ciudad calabresa de Gioia Tauro. El hilo de Chiara me llevó a
descubrir que este interesante film era la tercera parte de una Trilogía Calabresa que Carpignano
comenzó en 2015 con Mediterranea,
siguió en 2017 con A Ciambra y
culmina ahora con Para Chiara. Un retrato
a tres bandas de una ciudad del sur de Italia a través de los inmigrantes
africanos, la comunidad gitana y las familias mafiosas de la Ndrangueta.
Buscando un poco tuve la grata sorpresa de encontrarme con las dos primeras
entregas de esta Trilogía en Filmin, lo que me ha permitido sumergirme en el
universo de Gioia Tauro de la mano de Carpignano.
(Koudous Seihon, Ayiva en el film)
Primera
entrega Mediterranea, 2015 Filmin
Conocemos
a Ayiva y su amigo Abas mucho antes de llegar a Calabria. Los vemos en su
peligroso viaje desde Burkina Faso a través del desierto de Argelia; el paso a
Libia donde tienen que enfrentarse a nuevas dificultades; la precaria
embarcación en la que intentan llegar a Italia; el rescate en el mar; el primer
contacto con los italianos. Todo esto está contado con un tono documental, sin
tremendismo. Ayiva y Abas acaban viviendo en Rosarno, en Calabria. Tienen tres
meses para conseguir un contrato que les permita quedarse en Italia. A partir
de aquí, el film nunca se separa de Ayiva, le sigue en su trabajo como
recogedor de naranjas, le acompaña en sus llamadas a Burkina Faso para hablar
con su hija, convive con él en la comunidad africana, cuenta su amistad con
Rocco y su relación con Pio, un niño gitano de 12 años con el que establece un
vínculo muy especial. El film no cae nunca en la violencia gratuita, tampoco
abusa del miserabilismo habitual en este tipo de historias, el racismo está
presente en los grupos de extrema derecha, pero no es el tema de la historia.
Lo que le interesa a Carpignano es ver cómo este africano inteligente se
integra poco a poco en la sociedad sin dejar nunca de ser él mismo. Rodada con
actores no profesionales, en los espacios y lugares donde vive la comunidad
africana, el film va dibujando poco a poco el mundo de esos inmigrantes a los
que el director respeta y escucha en todo momento.
(Pio
Amato, Pio en el film)
Segunda
entrega A Ciambra, 2017 Filmin
Jonás
Carpignano descubrió a Pio Amato, el adolescente gitano, en el rodaje de su
primer film. A través de su amistad con él llegó a conocer a toda la familia
Amato y empezó a pensar en hacer una nueva película con ellos como tema
central. El resultado es A Ciambra, en
la que participa todo el clan, desde el abuelo hasta el más pequeño, rodado en
el barrio gitano de Giogia Tauro. El estilo de Carpignano se hace sentir
plenamente en esta ficción documental. Ficción, porque lo que se cuenta es una
historia escrita, documental porque quien la interpreta y como la interpreta
son auténticos y verdaderos. A Ciambra cuenta
la aventura de crecimiento de Pio, su paso no de niño a hombre, sino de
adolescente a adulto. Cuando su hermano mayor y su padre son detenidos y encarcelados,
Pio decide demostrar que puede hacerse cargo de la familia. Y se arriesga y se
pone en peligro y encuentra ayuda en Ayiva, que sigue viviendo en el pueblo.
Esta amistad entre el niño gitano y el africano junto con el fantasma de su
abuelo, el jefe del clan al que Pio ve en sus ensoñaciones, son los puntos de
apoyo del chico. Nada complaciente ni condescendiente, el film nos muestra a Pio
en toda su crudeza, roba, fuma, bebe, pero no puedes dejar de quererlo, de
compartir la empatía que el director siente por él desde que lo conoció en el
rodaje de Meditarranea.
(Swamy
Rotolo, Chiara en el film)
Tercera
entrega Para Chiara. Estreno en salas
En
la historia de Pio y su familia juega un papel muy importante la mafia
calabresa, la Ndrangueta. Después de hacer dos films sobre comunidades
marginales de la ciudad, Carpignano pensó en adentrarse en el mundo de la Malavita y empezó a escribir el primer
guión de lo que iba a ser Para Chiara.
Conocer a Swamy Rotolo, una adolescente de trece años, fue el detonante para
construir el film a partir de ella y su familia. Igual que hizo con los Amato,
el director convenció a toda la familia Rotolo para que trabajaran en la
película siendo y no siendo ellos mismos. Más que hacer un film sobre la mafia,
lo que le importaba era investigar las relaciones familiares de un colectivo
que vive de la economía sumergida y no es consciente de estar delinquiendo con
lo que hacen. En los cinco años que separan Medierranea
de Para Chiara Carpignano se ha
convertido en un director sólido y seguro. La secuencia de la fiesta del 18 cumpleaños
de Giulia, la hermana mayor de Chiara con la que empieza la película, es
perfecta en su puesta en escena y funciona como un espejo con la última en la
que es Chiara la que celebra sus 18 años en un contexto completamente
diferente. Entre una y otra Chiara descubrirá quién es su padre, qué hace su
familia para vivir y como una Alicia perdida en la madriguera, transitara por
el mundo más oscuro de la realidad. En su viaje se cruza con Ayiva, y tiene un
encuentro complicado con Pio y su familia gitana. Igual que Ayiva, o Pio,
Chiara empieza el film en un punto y lo acaba en otro. Chiara empieza como una
adolescente y acaba como una mujer que ha escogido el camino que quiere seguir
en la vida.
La
Trilogía Calabresa de Jonás Carpignano me despierta un eco que reconozco, el de
La leyenda del tiempo y Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta con
la que comparte el tono documental con personajes reales interpretando una
historia de ficción. En algunas críticas al cine de Isaki y de Jonas se habla
de neorrealismo. Pero yo no creo que su cine sea neorrealista en el sentido
clásico del término. Más bien lo llamaría docurrealismo. En todo caso, tanto el
díptico gaditano de Lacuesta, (que por cierto quedará para la historia ya que
la Junta de Andalucía ha decretado el derribo de las Casetas de San Fernando
donde se rodaron ambas películas, una vergüenza y una pérdida lamentable de uno
de los lugares más emblemáticos de la Bahía de Cádiz), como las tres películas
de Carpignano, son una muestra de una nueva manera de mirar la realidad desde
el cine.
EL
RINCÓN DE LA EXPOSICIÓN
Hace
mucho tiempo que no iba a una exposición. Desde antes del confinamiento me
parece, aunque ya no lo sé porque el tiempo ha perdido un poco el sentido. La
exposición que me ha hecho salir de casa es una que se puede ver en Cosmocaixa
en Barcelona. Se titula El Sol, viviendo
con nuestra estrella. Es una muestra no demasiado grande, lo justo para no
cansar, con muchos instrumentos con los que se puede jugar y explicaciones
sencillas y muy claras. No se trata solo de entender el Sol como la estrella
central de nuestra vida, sino de hacer una especia de giro de 360 grados en
torno a todas las variantes del sol, desde su adoración hasta su capacidad
curativa, desde la exploración de su estructura hasta sus muchas utilidades, de
lo inmenso del espacio a lo cotidiano de los relojes. Es una exposición
preciosa, didáctica con mucha información y con imágenes espectaculares. Pero
quizás lo que más me gustó de la expo fueron dos cosas que tienen que ver con
la gente. Por un lado, ver a grupos de niños descubriendo el Sol en su
grandeza, disfrutando con los experimentos, escuchando las explicaciones. Que
estos niños aprendan que el mundo es mucho más grande que su pequeño entorno me
parece una gran lección de vida en estos momentos en los que todo es tan
desolador. La otra cosa fue comprobar la entrega de los chicos que acompañan y
vigilan la exposición. No solo su amabilidad, también su preparación y
entusiasmo al explicar la estructura del Sol o el futuro de la estrella. Fue
una mañana estupenda en la que el Sol no lucía en Barcelona pero si brillaba en
todos su esplendor en Cosmocaixa.
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