(el festival navega a toda vela¡¡¡)
Más cine español
Escribo estas líneas en Barcelona, de
vuelta del festival. Habría querido escribirlas allí, pero no encontré el
momento de hacerlo con calma. Ahora desde aquí puedo reflexionar un poco sobre
algunas cosas. En especial sobre el cine español que tan bueno ha resultado en
esta edición. Aún recuerdo épocas en que las películas españolas eran
abucheadas por la crítica y olvidadas por los jurados. Por suerte, eso ha
cambiado. Y no precisamente porque el cine español tenga una mayor protección,
sino, quizás, por todo lo contrario. La incertidumbre de las escasas ayudas
oficiales ha hecho agudizar la imaginación para buscar el dinero por otros
lugares sin perder nada de calidad. El cine español tiene un nivel competitivo
muy alto y no desmerece nada al lado de otras cinematografías. Ahora hace falta
que las autoridades sean conscientes de eso y dejen de humillarlo y que los mercados
internacionales se abran claramente a sus propuestas.
Además de las tres películas de las que
hablé en mi entrada anterior, vi tres películas españolas mas en el festival.
Por orden de entrada en escena:
Lasa
y Zabala,
de Pablo Malo. Bienintencionada, con una postura política muy positiva de tirar
adelante y cerrar heridas, la crónica judicial de este famoso caso que puso
sobre la mesa de la actualidad el GAL, no deja de ser un telefilme bien hecho.
Es una lástima que un tema como éste y con actores como Unax Ugalde o Francesc
Orella no haya podido ir un poco más allá de la simple ilustración del proceso
de investigación de la desaparición de Lasa y Zabala. Pero a pesar de eso,
bienvenida sea esta propuesta de cine político sin revanchismos ni venganzas.
Magical
Girl,
de Carlos Vermut. Triunfadora del festival por méritos propios, el film
consiguió la Concha de Oro a la Mejor Película y la Concha de Plata al mejor
director. Me alegro por ellos, pero quizás habría estado bien reconocer algún
otro trabajo y repartir un poco mas los premios. Pero los jurados son los
jurados y hacen lo que les parece bien sin que nadie interfiera en sus
decisiones. Dicho esto, solo me queda añadir que esta falsa primera película de
Vermut (él dice que Diamond Flash era
un experimento) es sin duda una de las apuestas mas estimulantes del cine
español 2014. Todo encaja en este puzle de historias unidas por un personaje
femenino (Bárbara Lennie está espléndida como la niña manipuladora y la mujer (auto)destructiva).
Todo encaja, menos una pieza que se pierde en la calle y que es la que une el
conjunto. Esa pieza que Vermut deja en manos del espectador para que la coloque
donde cree que falta y complete así este relato de perversiones y deseos. Hay
imágenes increíbles, Alicia, la niña enferma vestida de magical girl en la sala;
la casa donde Bárbara se sumerge en el mal oculto. Hay momentos de una gran
ternura, y momentos de un gran dolor. Hay una narración abierta. Sacristán
borda ese personaje de hombre manipulado y Luis Bermejo llena de emoción el
padre capaz de todo por cumplir el deseo de su hija. Magical Girl no es una película convencional, pero eso no quiere decir
que no sea asequible y disfrutable para todo el mundo que sea capaz de dejarse
llevar por una historia que esconde tanto como enseña.
Murieron
por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta. No entiendo muy
bien que ha pasado con esta película. No entiendo que críticos de cine que
encumbraron a Torrente (film mucho
peor en todos los sentidos) se hayan lanzado a la yugular de Isaki por
hacer una comedia gamberra, divertida y gore. Quizás la explicación sea que de
Segura no se podía esperar mas que una comedia basura en todos los sentidos y
cuando la hizo todo el mundo se sintió confirmado en su idea. En cambio a Isaki
Lacuesta, un director considerado exquisito, difícil, un autor en todo el sentido de la palabra, capaz de hacer films como Pasos Dobles o Los Condenados, no se le perdona que se haya atrevido a dar un giro
de 180 grados y se haya metido de cabeza en una ácida comedia sobre la crisis y
los deseos nada escondidos del ciudadano de a pie de matar a banqueros,
especuladores y políticos con sus propias manos. En la proyección que yo
estuve, el público se rió, aplaudió algunos discursos, sobre todo uno de Albert
Pla y participó en todo momento de la broma colectiva que es el film. Con un
elenco de actores impresionante en pequeños papeles y cinco protagonistas
enloquecidos, este retrato de la España mas contemporánea, es sin duda uno de
las películas mas transgresoras del año. Por su libertad en la producción y en
la realización y por la crítica feroz a la sociedad que nos rodea. Pero la ha
hecho Isaki y eso, señores, la crítica no lo perdona fácilmente. Yo si, yo me
divertí y me sentí parte del espectáculo. Por eso la recomiendo y espero que
pronto tenga un distribuidor que la haga llegar a su público natural. No me
parece justo que la Banda de los Panda no consiga su espacio cuando Torrente ya
va por la quinta entrega.
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