(un paisaje cercano a mi casa,
está en Santa Coloma, que invita a pasear ahora que podremos salir de la confinada Barcelona)
La vida está hecha de
encadenados, cosas que te llevan de una a otra, ideas que te producen nuevas
ideas, hechos que provocan nuevos hechos. El documental de Werner Herzog sobre
Bruce Chatwin que vi hace poco en el D’A Film Festival, me llevó a releer el
último libro que Chatwin escribió poco antes de morir. Se titula ¿Qué hago yo aquí? Pregunta que nos podemos
hacer todos estos días en los que la salida del confinamiento nos ha pillado
con las defensas, (no las del cuerpo, pero si las mentales y las emocionales)
muy bajas. ¿Qué hago yo aquí? me preguntaba una tarde de esta semana, caminando
por el Paseo Maragall lleno de gente con mascarillas colocadas cada uno como
dios le dio a entender (incluida yo) y con las escuetas terrazas de sus pequeños
bares llenas de gente. ¿Qué hago yo aquí, que hace esta gente aquí? En lugar de
sentirme contenta con la explosión de vida en la calle que la famosa Fase 1
permite, me entró una enorme depresión. No me gustaba nada estar rodeada de
tanta gente. Después de dos meses de silencio, calles vacías y aire puro, el
shock fue demasiado brutal. No sé si habría sido igual si en lugar de
desconocidos me hubiera encontrado con amigos, no lo sé, porque otra de las
cosas que me hace preguntarme qué hago yo aquí es esta especie de síndrome de Estocolmo
que se ha instalado en mi vida y sospecho que en muchas mas vidas, que me hace
no tener ganas de salir de casa. He comprobado esta semana que esta sensación
está muy extendida: artículos, comentaristas, amigos, son muchos los que
comparten el sentimiento o la necesidad de, como escuché decir a alguien en la
televisión, quedarse en la Fase 0 un ratito mas. Me muevo en la contradicción
de desear ver a mi hermana, a mis amigos, de querer oler y sentir el mar, con
una pulsión a quedarme en casa, en mi nido, en mi rincón. Tengo que vencer esta
contradicción, sé que hay que volver a vivir. Pero que pereza me da volver a
vivir como antes. No quiero, por eso no sé muy bien qué hago aquí. Por eso me
he refugiado en este estupendo libro de Chatwin, el viajero por excelencia, el
antiturista, el hombre que encontraba la aventura en los lugares mas lejanos o
en su propia habitación de enfermo, y disfrutaba conociendo gentes desde los
mas famosos, hasta los mas anónimos. Me gustaría aprender de él y recuperar la
curiosidad que siempre he tenido. Espero conseguirlo y mientras tanto he encontrado
en sus páginas textos que me ayudan a entender este momento.
-Por ejemplo, porque hay gente
que no quiere salir de su casa y otra sale huyendo en cuanto puede y porque
algunos dirigentes chinos han perdido el respeto a una tradición milenaria,
destruyendo su entorno sin ninguna consideración: “Hay casas agradables y otras
que tienen una atmósfera insoportable. Solo los chinos han decidido dar razones
coherentes al porqué de esto. Quienquiera que pretenda hacer mofa del feng-shui como de una superstición anacrónica,
debiera recordar su vital contribución a la configuración del paisaje chino,
cuyas casas, templos y villas están siempre emplazadas en armonía con los
árboles, las colinas y las aguas.” (p 61)
-Otra lección que puede servir
para volver a la calle sin angustia: recuperar los senderos invisibles que nos
unen a la tradición y al mundo: “Los aborígenes australianos les llaman “Las
Huellas de los Antepasados” o “El Camino de la Ley”. Los europeos les dan el
nombre de “Trazos de la canción” o “Rastros de sueños”. Los aborígenes creen
que los antepasados totémicos de cada especie fueron creados a partir del barro
de su poza primordial. Daban un paso afuera y cantaban el primer verso de una
canción. Un segundo paso hacía de glosa del primer verso y completaba un
pareado. A continuación, salían a recorrer la tierra, pisada tras pisada,
trayendo el mundo a la existencia al cantarlo: rocas, escarpas, dunas de arena,
árboles, etc” Para salir de esta nueva poza, mi canción debería ser: calles,
coches, mascarillas, amigos, etc. (p 71)
-Una inspiración para
obligarme a salir: el aspecto sacramental del paseo en una charla con Werner
Herzog. “Ambos compartíamos la idea de que el paseo no solo es terapéutico en
sí, sino que es una actividad poética que puede curar al mundo de sus males.”
(p 151)
-Una explicación plausible de
la venganza de la naturaleza contra una sociedad masificada: “Enfrentados con
la aceleración del crecimiento de la población mundial, algunos biólogos
modernos han diagnosticado que la especie humana se está aproximando
rápidamente al “estadio de enjambramiento”, reformulando así el lúgubre teorema
malthusiano de que las poblaciones humanas crecen hasta alcanzar los límites de
su aprovisionamiento de alimentos, proliferación que solo puede conducir a la
hambruna, a menos que no sea limitada por una mortalidad masiva.” (p.236)
-Otra explicación clarísima de
lo que nos está pasando: “El acto de viajar contribuye al bienestar físico y
mental, mientras que la monotonía de la sedenterización prolongada o el trabajo
regular provocan en el cerebro ondas que causan fatiga y sensación de
desvalimiento. Buena parte de lo que los etólogos han agrupado bajo el rubro
“agresión” no es sino la respuesta airada a las frustraciones del
confinamiento.” (p.240) Viajar si, pero con sentido, viajar en un espacio
cercano puede ser tan gratificante como irse a la otra punta del mundo. A ver
si consigo “viajar” hasta el parque del Guinardo.
28
Mostra Internacional Films de Dones, Barcelona, en Filmin
Y sigo con otro tipo de encadenados,
esta vez de festivales on line en la plataforma Filmin. La 28 Mostra
Internacional Films de Dones de Barcelona es el tercer festival consecutivo
que podemos disfrutar. Entre el lunes 1 de junio y el domingo 14, se podrán ver
22 películas entre cortos, largos, documentales, ficciones, cine para niños y
una retrospectiva. Todos ellos dirigidos por mujeres con temáticas no únicamente
vinculadas a las reivindicaciones feministas. Entre lo que he podido ver hay dos
films que me gustaría recomendar.
(el mapa del mundo de Terramar
donde vive el mago de Terramar)
La Mostra se inaugura con un
documental dedicado a la escritora de ciencia ficciòn Ursula K. Le Guin. Se
titula Los mundos de Ursula K. Leguin.
Se trata de un proyecto personal de la escritora que durante diez años fue
reuniendo entrevistas y documentos. Es este material el que la directora Arwen
Curry se encarga de organizar en el documental. Ursula K Le Guin fue la primera
mujer escritoras de ciencia ficción en el mundo. Aunque llevaba tiempo
escribiendo relatos de lo que ella misma denomina antropología-ficción, sus
cuentos y novelas eran sistemáticamente rechazados por las editoriales que
consideraban la ciencia ficción un género literario masculino. Ursula no se
acobardó y a pesar de que la crítica seria consideraba el género como menor,
siguió insistiendo y finalmente en 1966 consiguió publicar la primera de las 26
novelas que ha escrito, entre las que destacan las cinco novelas fantásticas
del ciclo de Terramar y las ocho ambientadas en el utópico mundo de Ekumen. Le
Guin es una gran escritora con un gusto por el lenguaje y la palabra justa. Ha
inventado universos imaginarios, mundos que solo existen en sus libros, como el
archipiélago de Terramar donde vive su aprendiz de mago, al que Harry
Potter le debe mas de una idea o los mundos paralelos de Ekumen en los que han
bebido tanto la saga de Star Trek
como La guerra de las galaxias.
Comenzar esta edición de la Mostra con este indispensable documental, es una
declaración de intenciones: no hay géneros menores; no hay un pensamiento único.
Aprovechen para descubrirla y si es posible, leerla.
En su sección Panorámica, destaca, al menos de lo que
he visto, un film iraní con un larguísimo título: In the Name of Scheherazade or
the First Beergarden in Teherán, de una joven directora llamada Narges Kalhor. Es una propuesta muy difícil de enmarcar en ningún
apartado determinado. Es ficción, si, porque inventa una estupenda historia en
la que una joven iraní que vive en Munich se propone abrir un Beergarden, es
decir un Jardín de Cerveza, en pleno centro de Teherán para unir la cultura
bávara con la iraní. Es documental, si, porque sigue a la directora, la propia
Narges Kalhor, mientras rueda y monta un film de final de carrera en la escuela
de cine de Munich donde vive desde hace años, bajo la dirección de un profesor
doctrinal, conservador y sin ninguna imaginación. Es animación, si, porque pone
en escena con unas preciosas y tradicionales marionetas persas los cuentos de Scheherezade
en las 1001 y una noches. Es una
comedia, si, porque los avatares de Narges para rodar su primer film en Teherán
cuando tenia 17 años, protagonizado por un trio de moscas que quieren escapar
de su prisión y los avatares del rodaje de su film de graduación en Munich, son
sin duda cómicos. Es un documental de denuncia del Irán contemporáneo, sin
ninguna duda, porque detrás de todo lo que se cuenta late la intolerancia, la
represión y el control fundamentalista de un país dominado por los ayatolás
desde hace cuarenta años. Todo junto es un cóctel muy apetecible y muy sorprendente.
Me ha encantado.
Las
películas de la Mostra estarán disponibles en Filmin hasta el 14 de junio. Aprovechen
esta ocasión y busquen entre su oferta, seguro que hay alguna que les puede interesar.