Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin, Werner Herzog
Un
canto a la vida desde el recuerdo.; la evocación de un amigo y de un escritor;
la añoranza de caminar lentamente a pie, descubriendo poco a poco lo que hace
del mundo algo digno de ser vivido. Dos viajeros, dos caminantes, Herzog
habla de si mismo hablando de Chatwin; Chatwin vuelve en sus palabras, en sus
deseos, en sus anhelos. De la prehistoria al infinito, de la cueva del
brontosaurio, a los trazos de una canción en el corazón aborigen de Australia,
de la vida a la muerte, para volver a la vida. Entre medio, Patagonia, Cerro
Torre y el grito de piedra; África y Cobra Verde, una abadía en Gales, la vida
de un hombre que andaba contada por otro hombre que caminaba a su lado y heredó su mochila, la de cuero y la del alma.
Emocionante. Si no conoces los libros de Chatwin, corres a buscarlos. Mas en
este tiempo de encierro, donde tan solo nos dejan pasear una hora y en un radio
de un kilómetro. Pero que mas da, lo importante es andar y ver lo que hay
alrededor. Seguir el trazo de la canción en sus distintos tramos. Quizás este
maldito virus, como el maldito virus que se llevó a Chatwin en 1989 cuando tan
solo tenía 49 años, sea el final de un trazo que tengamos que romper, para
poder emprender el siguiente. Preciosa.
My
Mexican Bretzel, de Nuria Giménez
¿Puede
ser un melodrama de Douglas Sirk, el conjunto de películas caseras en 16 mm de
una rica pareja de suizos en los años cincuenta? Puede, sí, Nuria Giménez lo demuestra
con este curioso artefacto, no se me ocurre otra manera de definirlo, que
combina un relato escrito en primera persona del diario de una mujer que vive
una pasión con dos Leones: León, su marido el aviador frustrado y Leo, el
mexicano que la seduce. Ella, Vivian, tiene el rostro de Ilse G. Ringier, él,
León (a Leo no lo vemos nunca) es Frank A. Lorang. ¿Donde encontró Nuria estas
películas?, ¿son reales? ¿dónde encontró el diario de Viviane?, ¿es real? Me
da igual, (de hecho son filmaciones de sus propios abuelos) la película no lo explica y no hace falta saberlo, porque lo que
queda es el delicioso resultado de esta mezcla en un film tan sencillo como fascinante.
Cine mudo, pero no callado, que nos cuenta la historia de la revuelta de una
mujer en los años cincuenta. Un experimento encantador.
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