sábado, 23 de mayo de 2020

RECOMENDACIONES (DE CINE)


Leído estos días en algún artículo (perdón por no recordar en cual): “Aquí sigue vigente aquello que dijo Fernando de los Ríos en ese hemiciclo del Congreso de los Diputados, (durante la República, aclaro yo) en el que los odios se depositan en el Diario de Sesiones como capas geológicas: ‘En España, lo revolucionario es el respeto’ ”.
Esta semana es todo tan decepcionante que no tengo ganas de reflexionar sobre la realidad, asi que pasó directamente a varias recomendaciones.


Una película: Bacurau, de Kleber Mendonça Filho, Juliano Dornelles.
Se ha estrenado en la Sala Virtual y se puede ver en Filmin.
Esta película brasileña, que ganó el Premio Especial del Jurado en Cannes del año pasado, es un cruce de géneros, del western futurista (Westworld anda por ahí) a los bandidos del sertao de Glauber Rocha, pasando por la denuncia de una realidad social extrema, en definitiva un film de ciencia ficción realista. Sucede dentro de unos años, pocos, en un pueblo brasileño, el Bacurau del título. Sus habitantes padecen una sequía producida por el derrumbe de una carretera que les ha dejado sin agua. El día que celebran el funeral de la matriarca del pueblo, doña Carmelita, empiezan a pasar cosas raras. Desaparece gente, a la falta de agua se suma una sensación de estar vigilados, descubren varios asesinatos, pero lo mas preocupante es que Bacurau ha desaparecido de los mapas. Google Earth no lo localiza. Mientras tanto, un pequeño platillo volante (un dron) sobrevuela la población y una extraña pareja de motoristas llega al pueblo. ¿Qué pasa en Bacurau? Para averiguarlo tendrán que ver la película, yo no se lo voy a contar. Tan solo decirles, como pista, que es una especie de Las cacerías del conde Zaroff  (El juego más peligroso) en versión 5G. En ese futuro cercano (y plausible) no hay ni rastro del bicho. Pero si hay bichos detestables y muy reconocibles. Atención a Sonia Braga, está inmensa.


Primera serie: Hollywood, Netflix
Una serie ambientada en el pasado, que imagina como pudo ser el futuro. Un futuro que no fue, pero pudo haber sido. Un futuro que habría cambiado el presente, mejor dicho, habría adelantado en unos cuantos años, el presente (no el del virus). La serie se llama simplemente Hollywood. Pasa en la segunda mitad de la década de los cuarenta. Y cuenta una historia de final feliz. Un cuento de hadas de cine, divertido, falso, emocionante, libre. En ese Hollywood de celofán y grandes esperanzas, se cruzan las vidas de gentes consideradas “marginales”, mujeres ricas, pero frustradas e infravaloradas, minorías raciales de todo tipo, homosexuales. En un tiempo y una sociedad que fue una de las mas moralizantes y represivas, estos personajes se enfrentan al mundo con solidaridad y alegría. De ser fiel a la realidad, esta serie habría sido un melodrama de fracasos, frustraciones y suicidios contextualizada con la caza de brujas anticomunista del senador McCarthy. Pero, por suerte, no lo es. Ya lo advierto antes de que empiecen a verla: Hollywood nos dice que todo pudo ser de otra manera. Eso es lo que cuentan estos siete estupendos capítulos llenos de luz, de color, de alegría, de buenas personas. Acabas la serie con la sonrisa en los labios y la sensación de que fue una lástima que no sucediera. Como en la película de Tarantino, Érase una vez en... Hollywood, la serie creada por Ryan Murphy transgrede la realidad de la historia y nos cuenta una versión distinta. Y se lo agradecemos mucho, aunque eso moleste a los puristas y a los ortodoxos de todo tipo.


Segunda serie: Bosch, Amazon
Michael Connelly es uno de los mejores escritores de novela negra contemporáneos. En el año 1992 publicó El eco negro, una novela protagonizada por el detective de policía de Los Ángeles Hieroniymus, Harry, Bosch. El escritor no podía imaginar entonces que esa iba a ser la primera de 26 novelas protagonizadas por su lacónico detective a lo largo de casi treinta años, la última, The Night Fire, publicada el año pasado. Para cualquiera que haya leído sus novelas o alguna de ellas, esta serie es un regalo. Pero en realidad es un regalo para cualquiera. En el año 2014, Erich Overmyer, creador de la estupenda Treme y el propio Connelly, decidieron probar suerte adaptando las primeras novelas de Bosch en una serie de televisión. Lo primero fue encontrarle rostro a un personaje que muchos lectores habían imaginado a su manera. La elección de Titus Welliver, hasta entonces un secundario de lujo, fue mas que acertada. No creo que haya nadie ahora que no vea a otro Bosch que el que él hace. Vimos las primeras temporadas de Bosch cuando nos apuntamos a Amazon. Fue un amor a primera vista que no nos ha decepcionado en ninguna de sus seis temporadas. Si la primera era un poco dubitativa, las tramas, los personajes y sobre todo la ciudad de Los Ángeles, fueron tomando cuerpo año tras años. Hemos visto como Bosch se hacía mayor, hemos visto crecer a su hija Madds, hemos visto consolidarse la pequeña familia de la comisaría de Hollywood. Bosch es una serie de detectives muy clásica, no pretende innovar, pero eso precisamente la hace más interesante, más adictiva. La ciudad de Los Ángeles, la que existe mas allá del Hollywood de las estrellas y de los estudios que veíamos en Hollywood, es uno de los atractivos fundamentales de esta serie, para mi una de las mejores de las plataformas.

DOCS BARCELONA

(en 1994, Ramon hizo una serie de dibujos inspirados en El viaje de invierno de Schubert)

Esta semana sigue el Docs Barcelona en Filmin. De las películas que se estrenan a partir de hoy recomiendo sobre todo
Winter Journey, del director danés Anders Østergaard.
El mundo del documental está cambiando rápidamente, más que cambiar, diría que se está abriendo como un abanico. A la ortodoxia de representar la realidad, que es la base del documental, se están sumando terrenos de ficción, de ensayo, de imaginación. ¿Es Winter Journey un documental? Sí, rotundamente si. Aunque también es una ficción con un actor inmenso, Bruno Ganz en su última interpretación poco antes de morir, y también es un ensayo de investigación histórica. Todo empieza con una curiosidad: la de un hombre, Martin Goldsmith, por conocer la historia de sus padres, músicos alemanes emigrados de la Alemania nazi. Sus padres nunca hablaban de aquel tiempo, era como si no hubiera existido. No fue hasta 1996 cuando se atrevió a plantearle preguntas a su padre que aceptó realizar una serie de entrevistas donde le contó a su hijo toda su historia. El resultado fueron dos libros que han sido la base para este trabajo. Bruno Ganz asume el papel del padre que va recordando entre malhumorado, emocionado, avergonzado y nostálgico, una historia de música, amor y miedo a través de la cual descubrimos la existencia de la Jüdischer Kulturbund, o Liga Cultural Judía, institución creada en los años 30 por el Ministerio de Propaganda Nazi dirigido por Goebbels para demostrar que no existía persecución a los judíos. En la orquesta de esta Liga Cultural se conocen y se enamoran dos jóvenes músicos, sus padres. Pero cuando las cosas se ponen mal y la Liga Cultural es desmontada y sus miembros enviados a los campos, ellos consiguen escapar milagrosamente y llegan a Arizona, donde intentan olvidar todo este pasado. Winter Journey toma su título del ciclo de canciones de Schubert que forma parte de una banda sonora espectacular con música de Mahler, Tchaicosvky, Beethoven, Mozart y Nielsen. Las entrevistas con Bruno Ganz/Georg Goldsmith son la columna vertebral del film que utiliza imágenes de archivo de la época en las que se ha insertado de una manera muy inteligente un personaje que interpreta el Georg adolescente. Winter Journey es, para mí, el mejor film del Docs, al menos de los que he visto hasta ahora. Está disponible en Filmin desde las ocho de la tarde del domingo hasta las doce de la noche del miércoles 27.

(el regalo de hoy son dos dibujos mas de la serie de El viaje de invierno)











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