Esta semana abro el blog con dos libros. Libros de amigos.
Libros que me gustan.
Cuando el frío llegue
al corazón, es la tercera novela de Manuel Gutiérrez Aragón. Su primera
novela me sorprendió por el tono casi de ciencia ficción cotidiana y
ferroviaria. La vida antes de marzo
era un texto fantástico sobre un momento político y social importante al que no
se citaba jamás. La segunda, Gloría mía,
era muy distinta. Manolo se iba a la selva colombiana y nos contaba una
historia de guerrillas y amores en un paisaje
completamente alejado del suyo propio. Con esta tercera, en cambio, me ha
parecido estar viendo las imágenes de películas suyas ambientadas en ese lugar
privilegiado y mágico que es la montaña cántabra, donde viven los pasiegos.
Vacas, hierba, posguerra en el horizonte. Pero sobre todo descubrimiento del
amor, de la mujer, de la vida de los padres, siempre tan misteriosa para los
hijos, de Platón, de amistad. Un libro que se ve tanto como se lee. La prueba
de que Gutiérrez Aragón es un narrador nato en cualquier lenguaje.
La noia d’Aberdeen,
de Quim Aranda, es su segunda novela publicada, no escrita, Quim como tantos
otros escritores, tiene originales estupendos por descubrir. Esta historia tan
cercana, casi tan periodística, ambientada en la Barcelona de los primeros días
de septiembre del 2013, es un libro político sin serlo; es una novela policíaca
sin serlo; es una novela romántica sin serlo. ¿Cómo se come eso? Leyéndola lo
descubrirán. Y descubrirán que muchas de las cosas que se escriben como promoción
de los libros no se corresponden exactamente con su contenido. Está escrita en
catalán, pero no creo que fuera difícil entenderla para los castellano
hablantes con curiosidad. Es muy entretenida y nos pone en conocimiento de un
personaje que ha venido para quedarse: el detective Manuel Latorre.
2
No he visto aún La
Venus de las pieles de Polanski. Ya volveré sobre ella en otro momento.
Si he visto La gran
estafa americana. Es curioso lo que me ha pasado con esta película. Toda
ella evoca tanto los años 70 que es como un túnel del tiempo. Un túnel que me
lleva directamente al año 1973, cuando se estrenó El golpe de George Roy Hill, donde se contaba un gran timo
orquestado en los años 30, cuarenta años antes. También David O. Russell se va cuarenta años atrás para contarnos otro
timo perfecto. Entre las dos un fino hilo entrelaza la moda retro de los
setenta a la moda retro de los dos mil y pico. Christian Bale se ha mirado
mucho a Burt Reynolds y sus peluquines a la hora de componer ese personaje tan
hortera como entrañable. Y Jennifer Lawrence bebe directamente en la Valerie Perrin de Lenny y Superman. No se dejen
engañar por la trama, en definitiva la estafa no es mas que un macguffin. Lo
interesante, divertido y perdurable de este film es el retrato de unos
años y un cine que sigue teniendo su
lugar en la memoria cinematográfica.
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