( la razón de esta foto la encontrarán en la segunda parte de esta entrada)
El
macartismo y la caza de brujas han sido tratados en el cine desde muchos
ángulos y con muchos matices. Las listas negras que llenaron de parados la
industria de Hollywood (y de paso llenaron las cárceles) han alimentado muchas
ficciones. Unas mejores que otras. Trumbo
viene a sumarse a ese subgénero de caza de brujas centrándose en el
personaje del guionista Dalton Trumbo. Es de agradecer al director Jay Roach y
especialmente al actor Bryan Cranston que este biopic hollywodiano no tenga el
tono moralizante de este tipo de films. El Trumbo de Cranston tiene un punto de
prepotencia, de superioridad, de desprecio y de avaricia, que le hace aparecer
mucho más humano que si lo hubieran presentado como un héroe luchando por la
libertad. Trumbo lucha, si, pero en primer lugar por él mismo, no solo por su
dignidad, también por su nivel de vida. Retrato de una época en la que
Holllywood era una cárcel dorada con barrotes invisibles que impedían respirar
a sus profesionales, este Trumbo
podría hacer un bonito programa doble con ¡Ave
César! de los Coen. Los dos hablan de guionistas amordazados.
La
que no está nada amordazada es Paz Alicia Garciadiego que, junto con Arturo
Ripstein, estuvo en Barcelona hace unos días para presentar la retrospectiva
que le dedica la Filmoteca de Catalunya. Ácidos, rápidos, irónicos,
inteligentes, brillantes, Arturo y Paz dieron una lección de cómo se puede
trabajar juntos desde hace más de treinta años y no haber muerto en el intento.
Y ella, en especial dio una lección de lo que es escribir un guión. Me quedo
con algunas perlas de ambos: Hay que
establecer un pacto de verosimilitud con la historia (no que sea realista,
que sea verosímil en si misma); la manera
de contar el cuento es el cuento (la forma es tan importante como el
contenido, por eso se entienden tan bien: ambos se respetan en sus territorios); el arte le da estructura a la realidad
(la realidad nunca está estructurada, es el arte el que la ordena).
Me gustó mucho reencontrarme con ellos y recordar que fue hace casi
veinte años¡¡¡ (¡Por Dios, como pasa el tiempo!) que Andrea Martini y yo
hicimos el libro sobre Arturo y Paz para el Festival de Turín. En este
recuperar textos históricos, he puesto en el otro blog un retrato a dos voces
que escribí sobre ellos en ese libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario